La sincera amistad que mantuvo con numerosos artistas, pintores, ilustradores y fotógrafos influyó también en el conjunto de su obra. Prévert se expuso sin vacilación y mostró sus sentimientos a Picasso. Cuando el Musée Picasso de Antibes consagró una exposición a sus collages (Les Collages de Prévert, en 1963), fue Picasso quien realizó el cartel.
André Verdet (1913-2004) conocía a Jacques Prévert desde 1941. Una vez liberado Verdet, tras su deportación por pertenecer a la Resistencia, los dos hombres entablarán una amistad larga y creativa. Colaboraron en numerosos poemarios, entre ellos, C’est à Saint-Paul-de-Vence, publicado en 1949. Una noche de 1948, Prévert le presentó a Picasso que había ido a cenar a la Colombe d’or. Una hermosa relación de complicidad se estableció entre Verdet y Picasso. En Antibes, Vallauris o Saint-Paul, el poeta compartió largas horas con el artista. Picasso era para él «el temerario polimorfo y polivalente, el brujo plural, el inquisidor a la vez cruel y generoso de la historia», y también el «máximo despedazador de formas de todos los tiempos, el más audaz flagelador de líneas».[1]
A Prévert a veces le divertía el comportamiento del pintor. «La naturaleza le ha colmado de dones, pero él los desprecia, los rompe, los pisotea, como un niño enrabiado. Y luego los repara, los anima, los examina y, los que le gustan, los reserva, restaura su belleza, los firma y luego los deja ir».[2] Durante una visita a casa del artista, Prévert vio unos paquetes en un rincón. Un año más tarde, en una nueva visita, los paquetes seguían en el mismo sitio. Sorprendido, el poeta le preguntó a Picasso: «¿No vas a abrirlos?» y el artista le respondió: «No, no sé lo que hay dentro».
Jacques Prévert acompañó fielmente al artista en los momentos señalados de su vida. El 25 de octubre de 1961, publicó un texto titulado «À tes vingt ans, Pablo» (Por tus veinte años, Pablo) en un número especial del Patriote de Nice conmemorando el ochenta cumpleaños de Picasso:
«Por tus veinte años
Pablo, por tus veinte años de ayer y de hoy
Sujetas el lado bueno de la cuerda del
Tiempo
Cada día es el aniversario de tu vida
Y tu vida se despliega yendo directa al año verde[3] al futuro interior al pasado infinito».