... y mantente fiel a la lucha contra la injusticia y la opresión

Ambos, aunque retirados de sus compromisos militantes, siguieron fieles a sus sólidas ideas, denunciando sin descanso la barbarie y la injusticia sin por ello dejar de maravillarse ante la gracia de un niño o de una forma bella. La inspiración de Prévert venía de la defensa de la clase obrera contra sus explotadores, de la esperanza de una sociedad justa y fraternal. «Sus personajes preferidos son siempre la gente corriente, lo que los convierte en figuras singulares, porque rara vez aparecían en el cine de la época. […] Crea siempre dos mundos: el de los privilegiados, de los burgueses sin escrúpulos, y el de los trabajadores, de la gente corriente, de los enamorados… Y luego están sus diálogos, que juegan con las emociones y surgen con sinceridad directamente del corazón».[1] El Picasso del Guernica se subleva contra la represión, la opresión de los pueblos. Ambos expresan el sufrimiento, la pena y la alegría, la miseria pero también la esperanza, el amor y la belleza.

El lenguaje de Prévert es sencillo y depurado, muy cercano al habla cotidiana, que no es tanto la lengua del «pueblo» como la de todo el mundo, mezclándola con sutileza e inteligencia con juegos de palabras sofisticados y observaciones burlonas. Su expresión poética favorece tanto el lirismo como el sarcasmo. Respecto a Picasso, sabemos lo sensible que era a las palabras y a la poesía, que trabajaba como una obra más. El artista se siente cómodo con la lengua e involucra al lector dándole a sus escritos una dimensión muy personal. Reúne las palabras sin preocuparse por facilitar una lectura cómoda. Los dos amigos tenían una relación distinta con el texto y la imagen, pero un enfoque similar.

Picasso realizó numerosos retratos de Prévert y, entre el 26 de septiembre y el 30 de octubre de 1956, en uno de sus cuadernos, se divirtió dibujándolo con el cigarrillo entre los labios, grandes ojos asombrados, las cejas hirsutas, la expresión severa o enfurruñada, regocijada o pícara, en pantalones cortos y tratándolo de Jacobus Prevertus…[2]

A partir de 1953, el collage se convertirá en el nexo principal de su amistad. Jacques Prévert acumulaba estampas encontradas en el rastro, en el mercadillo de la chatarra o durante sus paseos por los muelles del Sena, entre los libreros de viejo, en ediciones cuidadas, en viejas revistas, en periódicos… A pesar de que su primer collage conocido data de 1943, no fue hasta 1948, después del famoso accidente que durante un tiempo le impidió escribir, que realmente se embarcó en esa nueva forma de creación artística. Mediante yuxtaposiciones insólitas, sorprendentes y curiosas, Jacques Prévert denunció con gran humor y vehemencia el poder de la política y la Iglesia, la sociedad, la condición de la mujer, los oprimidos, los animales…

 

[1] Carole Aurouet, Le Point, 11 de abril de 2017.

[2] Cuaderno de dibujo de Picasso, colección particular.

Entre Picasso y Prévert, una larga amistad y numerosas colaboraciones artísticas
Picasso: Retrato de Prévert, 1956, cuaderno de dibujo (colección privada)
Entre Picasso y Prévert, una larga amistad y numerosas colaboraciones artísticas
Picasso: Retrato de Prévert, 1956, cuaderno de dibujo (colección privada)
Entre Picasso y Prévert, una larga amistad y numerosas colaboraciones artísticas
Picasso: Retrato de Prévert, 1956, cuaderno de dibujo (colección privada)