«Picasso es el moderno más importante, como sabemos, pero ¿hasta dónde se remonta en el tiempo su superioridad? Un amigo mío afirma que, como en el futuro se hablará de nuestro arte tal y como nosotros hablamos del de los egipcios, abarcando varias dinastías, se dirá “Giotto y Picasso”, sin poner nada entre ellos»[i].
Como atestiguan estas líneas de André Level a Guillaume Apollinaire, pocos meses después de la venta de la colección de La Piel del Oso, la admiración del coleccionista por Picasso iba mucho más allá de una simple operación financiera. Cuando André Level -(1863-1946) coleccionista, hombre de negocios y financiero, pero sobre todo aficionado ilustrado-, fundó en 1904 la asociación de La Piel del Oso (La Peau de l’Ours ) con algunos amigos, no se imaginaba que pudiera desembocar, diez años después, en una operación especulativa sin precedentes, que colocaría al arte moderno en el primer plano de la escena artística y ofrecería a Picasso su primer gran éxito público.
Nacido en una gran familia de industriales, André Level (Fig. 1) es un hombre refinado y cultivado que se interesa desde muy joven por la bibliofilia y el arte. Su pasión por el arte moderno nace en 1895, cuando conoce a los hermanos Gaston y Josse Bernheim-Jeune en una estancia en Royan, en los baños de mar. Desde entonces, adopta la costumbre de frecuentar su galería de la calle Laffitte, así como las vecinas de Lucien Moline, Ambroise Vollard o Siegfried Bing, y comienza en esta época una pequeña colección de arte moderno, comprando obras por algunas decenas de francos (una acuarela de Constantin Guy y un pequeño dibujo de Georges Seurat). Después, aconsejado por su amigo Alexandre Natanson, fundador de La Revue Blanche, se fija en los Nabis y adquiere a Edouard Vuillard un pequeño óleo sobre cartón. Verdadero aficionado, el joven coleccionista aun así sigue concentrado en los «negocios con los que se ganaba la vida»[ii].
El verdadero choque artístico tiene lugar en 1903, cuando Level visita el primer Salón de Otoño. Cuenta en sus Souvenirs: «Había allí una audacia y una juventud que contrastaban con la monotonía y la ausencia de imprevistos de los grandes salones anuales. [...] Los buenos artistas –y verdaderamente jóvenes– no se ahogaban en la mediocridad general. Fue un éxito que me afectó muchísimo», y continuaba «vi allí lienzos que me parecían, sin lugar a dudas, el arte auténtico de nuestra época y de su futuro más cercano. Yo creía en eso, tenía fe»[iii]. Entonces se le ocurrió la idea de reunir a algunos parientes y juntar sus recursos para formar una colección indivisa de la que cada miembro podría disfrutar por turno. Aunque -por un acta de la asamblea general de agosto de 1906 y una nota familiar de junio de 1920- sabemos que André Level era administrador de la Sociedad Francesa de Transportes y Almacenes Frigoríficos y de la Compañía de las Dársenas y Almacenes de Marsella, parece que en 1903 no tenía recursos financieros suficientes o que ya tenía cargas demasiado pesadas para satisfacer plenamente sus deseos.
Así que logró convencer a sus hermanos Emile, banquero de negocios, Jacques, director de la Sociedad Electrometalúrgica Francesa, y Maurice, abogado, así como a su primo el dramaturgo Georges Ancey, barón de Cunieu, y a algunos amigos industriales, como los hermanos Ellissen y Raynal, y depositó los estatutos de la asociación La Piel del Oso el 24 de febrero de 1904[iv]. En total eran trece miembros y once partes anuales de 250 francos, repartidas equitativamente entre cada miembro, excepto en el caso de Maurice y Emile Level y Jacques y Jean Raynal, pues cada uno se inscribió por una parte conjunta.
[i] «Lettre d’André Level à Apollinaire, Paris, 24 décembre 1914» en Correspondance Guillaume Apollinaire, André Level, cartas fijadas, presentadas y anotadas por Brigitte Level, Aux lettres modernes, París, 1976, p. 7.
[ii] André Level, Souvenirs d’un collectionneur, Mazo, París, 1959, p. 16.
[iii] Level, Souvenirs, p. 17.
[iv] Para una lista completa de los miembros, véase Guy Habasque, «Quand on vendait la Peau de l’Ours», L’Œil, marzo de 1956.