9 obras, seleccionar con precisión

Todas las pinturas datan de la época de la guerra y muestran cierta agresividad y una deconstrucción que encaja con el estilo de los expresionistas abstractos estadounidenses. Brassaï cuenta que, durante la entrevista con Picasso, Kootz murmuraba cuando veía las obras «¡Esto no es lo bastante abstracto!». Entre estas se cuentan cuatro retratos de Dora Maar con el rostro desestructurado —siendo el más subversivo el de la cabeza de mujer que se confunde con el cráneo de cordero que tiene en las manos [Z. IX, 352]—, o un retrato geométrico precioso de Françoise Gilot como mujer-flor [Z. XIV, 160]. La serie se completa con un retrato más clásico de Dora Maar [Z. XI, 107], otro de un marinero [Z. XIII, 167], un gallo [ Z. XIII, 48] y el bodegón Tomatera [Z. XIV, 27], todos ellos reproducidos en la obra de Sidney Janis. Años después, Brassaï se enteraría de que, gracias al libro de Sidney Janis, el marchante había contactado a los coleccionistas en boga y les había revendido ciertas obras antes incluso de poseerlas, como se lo confirmaba Kootz a Picasso en una carta a su vuelta de París:

«…Disfruté mucho del tiempo que pasé con usted y viendo sus pinturas y esculturas. Fue todo un regalo que llevaba esperando mucho tiempo. La recepción a mi llegada en avión con nueve Picassos fue simplemente sensacional. Salieron a mi encuentro fotógrafos y reporteros; la publicidad va a ser estupenda. Cuando vuelva tengo que llevarle todos los recortes de prensa. Hoy le he enseñado las fotos a Mary Callery y le han entusiasmado. Ya he vendido dos, y espero tener varios más vendidos antes de inaugurar la exposición el 27»[i]. El tono entusiasta de Kootz en sus cartas a Picasso, casi fanfarrón, podría ser una ligera exageración del marchante, que antes que nada quiere conseguir la exclusividad de la obra de Picasso en Estados Unidos. Así, el 22 de enero de 1947, escribe al artista: «Todos los marchantes de la ciudad me envidian y están antipáticos conmigo (Rosenberg y Dudensing incluidos)»[ii]. Mientras tanto, la prensa estadounidense se ha hecho eco con el mismo fervor. En el New York Sun del 31 de enero de 1947, se leía lo siguiente: «Esto es todo un triunfo para Sam Kootz. Nadie lo valora tanto como los directores de las galerías rivales, repartidas por el este y el oeste de la calle 57, pues a todos ellos les habría gustado ser los anfitriones de este espectáculo»[iii] y en el New York Times del 2 de febrero de 1947 escribían: «La exposición de Picasso en la Kootz está teniendo un succès fou [éxito loco]… ya se han vendido siete de las nueve pinturas…»[iv]. En efecto, parece que la exposición es el acontecimiento artístico de este comienzo de 1947, y todos se preguntan cómo habrá conseguido Kootz importar esas obras inéditas en un contexto administrativo tan desalentador como el francés. Por lo que respecta a la venta de las obras, no hay nada seguro. El New York Times del 29 de enero de 1947 indicaba que los precios iban de 3.500 a 20.000 dólares, lo que parece bastante caro para la época y para obras de un estilo desconcertante.

 

[i] «…I thoroughly enjoyed the time I spent with you and in looking at your paintings and sculpture. It was a real treat that I had long hoped for. The reception to my returning by plane with nine Picassos was simply sensational. Photographers and reporters met me, and the publicity will be great. I shall bring you clippings of everything when I return. I showed the pictures to Mary Callery today, and she liked them enormously. I’ve already sold two of them, and hope to have several more sold before the exhibition opens on the 27th…». Brassaï, p. 280 y Carta de Sam Kootz a Picasso, 13 de enero de 1947, datada por error en 1946, Archives Musée Picasso, París

[ii] Carta de Sam Kootz a Picasso, 22 de enero de 1947, Archives Musée Picasso, París.

[iii] « This is a triumph indeed - for Sam Kootz. No others appreciate it quite so much as the directors of the rival galleries scattered east and west on 57th street, all of whom would have liked to have had the show themselves ». New York Sun, 31 de enero de 1947, Henry McBride, «New Picasso arrive» [«Llegan nuevos Picassos»].

[iv] « The Picasso show at the Kootz is having a succès fou…seven of the nine pictures are sold… ». New York Times, 2 de febrero de 1947, Edward Alden Jewell «Chiefly Modernism, Recent French Paintings at the Withney – Pennsylvania Annual – Late Picasso».

Brassai, Un área de taller de Grands Augustins con "Cabeza de mujer, Dora".
Pablo Picasso, Le Marin, 28 de octubre de 1943.
Pablo Picasso, El gallo, junio de 1943.