Picasso y Eluard se encontraron en el sur de Francia en 1946, siendo Eluard miembro del jurado del Festival de Cannes.
En noviembre de 1946 Nusch murió repentinamente. El poeta quedó completamente devastado por esta trágica pérdida totalmente inesperada, que también afectó profundamente a Picasso. Sabemos que el artista quería mucho a aquella bella musa y esteta que desapareció durante un periodo turbulento. Picasso ayudó a su amigo a superar el duelo («Me convences de que puedo seguir viendo a la que amaba aunque ya no la pueda tocar»). Muy afectado, Eluard asistió a los acalorados debates sobre la posición del Partido respecto al arte y participó en diversos congresos, recuperándose lentamente de la desaparición de su compañera. A pesar de su tristeza, defendió sus ideas y no cejó en la defensa de su concepción de la autonomía del arte. Continuó publicando (en especial Picasso à Antibes, un poema en prosa ilustrado con 88 fotografías de Michel Sima) y también viajó. Fue entonces, durante una visita a México, en 1947, cuando conoció a Dominique (Odette Lemort), después de haber vivido un idilio con una joven obrera, Jacqueline Duhême, con la que el Partido le desaconsejó que se casase. De regreso, escribió un texto para el documental sobre el Guernica de Alain Resnais. Con Dominique viajó a Checoslovaquia, Bulgaria y Moscú, siendo recibido en todas partes con entusiasmo, aunque, como escribe Pierre Daix, «no vio o no quiso ver el terror». En 1948, Eluard publicó el álbum Voir, en homenaje a sus amigos pintores, compañeros privilegiados de la mirada, que habían ilustrado sus escritos. En ese libro muestra su amor por el arte y sobre todo ofrece a los artistas un espacio de libertad a resguardo de toda ideología política.
Se casó con Dominique en Saint-Tropez en 1951. Picasso y Françoise Gilot fueron sus testigos. Picasso les regaló una gran vasija decorada y durante el banquete pintó a los invitados sentados alrededor de la mesa. Françoise Gilot y Picasso les visitaron numerosas veces en Saint-Tropez durante aquel verano.
Paul Eluard murió repentinamente el 18 de noviembre de 1952. Con su muerte, Picasso perdió no solo a un amigo, sino también a alguien que supo penetrar en la intimidad de su obra, alguien con quien mantuvo un vínculo directo y sin reservas, que le supo comprender y con quien pudo sincerarse plenamente. Eluard le posibilitó desarrollar su amor por las palabras y las letras, por los versos y la poesía. El día de su entierro, Picasso estuvo en primera fila junto a Dominique. La amistad entre el pintor y el poeta había durado dieciséis años. Según Ségolène Le Men, «tras la muerte de Eluard, Picasso no volvió a tener ningún amigo poeta. En adelante tuvo que lidiar solo con sus interrogantes sobre el papel y el significado del arte». La muerte de Eluard se produjo en un momento de serias dificultades en su relación con el Partido Comunista, cuyos puntos de vista respecto a la cultura no compartía. Nunca sabremos cómo hubiera resuelto ese conflicto dado que su posición sobre el arte y los artistas era antagónica a la del Partido.
En 2009, en el Musée de la Poste, en una exposición titulada Picasso poète, figuraba la siguiente cita del poeta Jean Tardieu: «Hay distintas maneras de asociar la poesía con la obra de pintores y músicos. A menudo, en ambos casos, el escritor y el artista no saben muy bien quien ha "inspirado" a quien, …en un diálogo en que uno "hablaba con colores" y el otro "pintaba con palabras"» (en Le Miroir ébloui: Poèmes traduits des arts, Gallimard, 1993, p. 214).
Fuentes bibliográficas:
Picasso à Antibes. Fotografías de Michel Sima, texto de Paul Eluard, prólogo de Jaime Sabartés. René Douin éditeur, 1948.
Ségolène Le Men, «Eluard et Picasso», Gazette des beaux-arts, marzo de 1983, pp. 113-124.
Paul, Max et les autres: Paul Eluard et les surréalistes, dir. Sylvie Gonzales. Éditions L'Albaron, 1993, publicado con motivo de la exposición presentada en el Musée d'Art et d'Histoire de Saint-Denis en 1991.
Paul Eluard et ses amis peintres, 1895-1952, dir. Annick Lionel-Marie. Centre Georges Pompidou, BPI, Musée national d’Art moderne, 4 de noviembre de 1982-17 de enero de 1983.
Hommage à Pablo Picasso. Peintures, dessins, sculptures, céramiques. Prólogo de Paul Eluard. París, Grand Palais, 1966-1967.
Pierre Daix, Dictionnaire Picasso, Éditions Robert Laffont, 1995.
André Breton, La beauté convulsive, dir. Dominique Bozo. Centre Georges Pompidou, Musée national d’Art moderne, abril-agosto de 1991.