Una profunda amistad unió a Paul Eluard y Picasso hasta la muerte del poeta en 1952. Se puede afirmar que, desde que se conocieron a mediados de la década de 1930 hasta la muerte de Eluard, fue este el mejor amigo del pintor.

Eluard, como gran conocedor y aficionado al arte, frecuentaba los medios artísticos y era amigo de muchos artistas, sobre los que expresaba sus opiniones o las escribía.