Guerra y comunismo

El periodo de la «drôle de guerre» (la guerra de broma), entre septiembre de 1939 y el armisticio de 1940, separó al poeta y al pintor. Se volvieron a reunir en la Rue des Grands-Augustins y Picasso ilustró quince ejemplares serigrafiados de poemas de Eluard que este le dedicó en 1941:

«Con tu audacia
Sumerges nuestras vidas
Y nos anudas cada día
un poco más
A este universo sin defectos
En el que nuestra esperanza
Ignora los espejismos
Es a ti
Pablo Picasso
Mi amigo sublime
A quien dedico este libro»

Eluard pasó el invierno de 1941 en Vézelay, en casa de los Zervos. Picasso siguió pintando a Nusch Eluard. Entre estas pinturas destaca un bello retrato realizado en 1941 (también pintó a Dora Maar en la misma pose), cuadro que más tarde, en 1947, Eluard donó al Musée national d’Art moderne para una exposición sobre Picasso que estaba preparando Jean Cassou.

Toda la pandilla parisina volvió a reunirse en 1942 en el restaurante Le Catalan, justo enfrente del estudio del pintor. Ese mismo año, Eluard se afilió al Partido Comunista clandestino (ya había sido miembro anteriormente en 1926). Picasso a su vez se afiliaría en 1944.

Cuando Picasso se afilió al Partido Comunista, Eluard celebró el acontecimiento con un texto en L’Humanité, «Promesse inouïe» (Promesa inaudita), recuperado por Gateau y recogido por Pierre Daix en su Dictionnaire Picasso:

«Vivimos tiempos en blanco y negro en los que, cuando el horror se aleja un poco, surgen por todas partes promesas inauditas que iluminan el porvenir. Contra las miserias que nuestro país ha padecido se han levantado los mejores de entre los hombres. [...]. Hoy he visto abrazarse a Pablo Picasso y a Marcel Cachin y he comprobado la nobleza de la inteligencia y el corazón al escuchar cómo Picasso mostraba su agradecimiento al pueblo francés afiliándose a su partido más grande, el de los fusilados».

Eluard, «fraternalmente solo, fraternalmente libre», amenazado por los nazis, abandonó la capital, muy probablemente en 1943, para protegerse de «la noche el frío la soledad». Buscó refugio junto a su amigo psiquiatra, el doctor Bonnafé, en el hospital de Saint-Alban y solo volvía a París por cortos periodos de tiempo en los que se escondía en casa de los Zervos. Cuando Eluard se reencontró con Picasso, este había conocido a Françoise Gilot. El poeta, muy cercano a Dora Maar y fiel a su amiga, llevó muy mal esta nueva aventura.

Eluard fue testigo de la desgarradora separación de Picasso y Dora Maar, quien sufrió una profunda depresión. Según Anne Baldassari, «Dora Maar ejerció una gran influencia sobre Picasso en el plano artístico y, como mujer de izquierdas, en su compromiso político durante la guerra civil española». Eluard se mantuvo unido a Dora Maar y vio menos a Picasso, mientras este se trasladaba al sur de Francia junto a Françoise Gilot.

Picasso, Portrait de Nusch, 1941. Paris, Centre Pompidou- Musée national d'Art moderne-Centre de création industrielle.