Pintando la paz, en medio del conflicto armado
En 1948, junto al poeta André Césaire, entre otros, Picasso participó en el Congreso Mundial de Intelectuales en Defensa de la Paz que tuvo lugar en Breslavia. Reclamó la libertad de su amigo Pablo Neruda, entonces perseguido en Chile. Pierre Daix, en sus memorias,[1] recuerda a un Picasso, que acababa de coger un avión por primera vez en su vida, renuente a la hora de aceptar la disciplina del movimiento comunista, brindando por la paz con el torso desnudo ante unos burócratas estupefactos.
En la primavera de 1949, Aragon le pidió que hiciera el cartel para el Congreso Mundial de la Paz que iba a tener lugar en París. En su estudio de la Rue des Grands-Augustins, Picasso le mostró la pila de pruebas litográficas y le pidió que eligiera una. Como sabemos, Aragon eligió la paloma. Según Geneviève Laporte, el pintor ironizaría más tarde diciendo: «El pobre Aragon… y su paloma. No sabe nada de palomas. La leyenda de la dulce paloma, ¡menuda ironía! No hay animal más cruel. [¼] ¡Vaya símbolo para la paz!»
Maurice Thorez sufrió, en octubre de 1950, una congestión cerebral que le mantuvo alejado de su cargo hasta 1953. Esta larga ausencia de uno de sus protectores frente a quienes le acusaban de «formalismo decadente» debilitó la posición de Picasso, quien vio cómo André Fougeron se convertía en el pintor oficial del PCF. También competía con Fernand Léger, que igualmente se había afiliado al partido comunista a su regreso a Francia. Léger se embarcó en la serie Constructeurs, que el partido consideró una respuesta satisfactoria a sus requerimientos a los artistas de practicar un arte en apoyo de los valores de la clase obrera. Les Constructeurs (a la que Paul Eluard dedicó un poema) se expuso en junio de 1951 en la Maison de la Pensée française. Fernand Léger quería donar el gran cuadro Constructeurs a la CGT, pero la central rehusó el ofrecimiento. La campaña del partido para imponer a Fougeron, difundida por Aragon con una serie de artículos sobre pintura soviética en Les Lettres françaises (núms. 398-408, de enero a abril de 1952), provocó serias tensiones. Picasso y Léger manifestaron públicamente su valoración negativa sobre la pintura oficial soviética.
Fue en ese contexto en el que, en enero de 1951, Picasso pintó Les Massacres en Corée,[2] su cuadro más explícitamente político. Se trata de una obra inspirada en la masacre del puente de No Gun Ri en la que 400 civiles coreanos fueron asesinados en julio de 1950. El pintor se inspiró en El Tres de Mayo en Madrid de Goya (1814) y Le Massacre des innocents de Nicolas Poussin (1625-1632). «Sin embargo, lo que impacta», escribió Pierre Daix, «es su reacción más íntima de padre ante esa guerra lejana. Crea una escena de ciencia ficción: un grupo de mujeres embarazadas y de niños frente a unos guerreros robotizados». Pero sus Massacres en Corée no lograron seducir a los militantes.
La posición oficial del PCF evolucionó. Su entonces secretario de organización Auguste Lecœur, al comparar al pintor comunista y realista Fougeron con Picasso, dijo que mientras el primero «lucha desde su ámbito de comunista», este último «lucha desde el ámbito de defensor de la paz». Un entierro de primera clase, como señaló Pierre Daix.[3]
Picasso realizó el álbum de lujo Le Visage de la Paix con un texto de Eluard para recaudar fondos para el partido:
«Conozco todo los sitios en los que habita la paloma
Y el más natural es la cabeza del hombre».
Picasso participó en una gran campaña del PCF para tratar de salvar la vida del dirigente griego Nikos Beloyannis dibujando L'Homme à l'œillet. Sin embargo, Beloyannis acabaría siendo fusilado junto a otros tres de sus camaradas del KKE en la madrugada del 30 de marzo de 1952.
En el paroxismo de la Guerra Fría, Picasso realizó otras palomas para los congresos anuales de la paz. Para el segundo congreso, que se debía celebrar en noviembre de 1950 en Sheffield, Inglaterra, Picasso grabó una nueva paloma, pero esta vez en vuelo. El congreso, al que Picasso tenía que asistir, estuvo plagado de vicisitudes: las autoridades británicas no concedieron el visado a numerosos delegados y el congreso se tuvo que trasladar a Varsovia. El número de delegados en Sheffield se vio reducido de 2000 a 500, la mayoría de ellos británicos. Para el de Viena en 1952, Picasso concibió un arcoíris, tras el rechazo de la dirección de otro proyecto más audaz.
Durante la década de 1950, Picasso fue colaborador habitual de l'Humanité. Además de sus dibujos para la paz, sus homenajes a Julius y Ethel Rosenberg, Henri Martin, Beloyannis, Joliot-Curie o Paul Langevin ocuparon las portadas del periódico. También dibujaba para los periódicos locales del partido comunista, como Le Patriote, el periódico comunista de Niza y el Sudoeste, o para periódicos asociados, como Combat pour la paix.[4]